Posada navideña con los clientes es publicidad deducible cuando….
De la Fiesta al Fisco…
¿Cuándo su Posada Navideña con los clientes es Publicidad Deducible?
Con la llegada de las fiestas de fin de año, las empresas desempolvan los manteles largos y preparan las tradicionales posadas y celebraciones. Estos eventos, más allá de ser un momento de esparcimiento, representan un gasto significativo en el presupuesto de cualquier compañía. La pregunta que surge en el área contable es siempre la misma: ¿podemos deducir estos gastos? La respuesta, como suele suceder en materia fiscal, es “depende”. Si bien la ruta tradicional es la deducción como gasto de previsión social, existe una vía, a menudo inexplorada, que puede permitir una deducibilidad total: la publicidad.
El Tratamiento Fiscal Habitual: La Previsión Social
Por regla general, los gastos erogados por concepto de posadas, cenas de fin de año y otros festejos para los trabajadores se consideran gastos de previsión social. La Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR), en su artículo 7, párrafo sexto, define la previsión social como las erogaciones efectuadas que tengan por objeto satisfacer contingencias o necesidades presentes o futuras, así como el otorgar beneficios a favor de los trabajadores o de sus familiares, tendientes a su superación física, social, económica o cultural, que les permitan el mejoramiento en su calidad de vida y en la de su familia.
Para que los gastos de una posada sean deducibles bajo este concepto, deben cumplirse dos requisitos fundamentales:
- Ser en beneficio de todos los trabajadores: El festejo debe ser de carácter general, es decir, para todo el personal de la empresa. Si se realiza una fiesta exclusiva para directivos, por ejemplo, el gasto no cumpliría este requisito.
- Estar debidamente documentado: Contar con los Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDI) que amparen todos los gastos relacionados con el evento.
Es importante señalar que, incluso cumpliendo estos requisitos, la LISR establece ciertos límites a la deducción de los gastos que a su vez son ingresos exentos para el trabajador.
El Salto a la Publicidad: Criterios para una Deducción al 100%
Aquí es donde la estrategia fiscal se vuelve crucial. Un gasto de fin de año puede dejar de ser un gasto de previsión social y convertirse en un gasto de publicidad 100% deducible si el enfoque y la naturaleza del evento cambian radicalmente.
La clave para que un evento de fin de año sea considerado publicidad radica en su objetivo principal. Si la finalidad primordial de la reunión no es agasajar a los empleados, sino promocionar la marca, productos o servicios de la empresa ante clientes, proveedores o el público en general, entonces estamos hablando de un evento publicitario.
Para que la autoridad fiscal (el Servicio de Administración Tributaria, SAT) acepte esta clasificación, el contribuyente debe poder demostrar fehacientemente que el evento fue una herramienta de mercadotecnia. A continuación, se presentan los elementos clave para sustentar esta deducción:
¿Quiénes son los Invitados?
El factor más determinante es la composición de los asistentes. En un evento publicitario, la mayoría de los invitados no serán empleados de la empresa, sino:
- Clientes actuales y potenciales: Para fortalecer la relación comercial y presentar novedades.
- Proveedores estratégicos: Para consolidar alianzas.
- Prensa y medios de comunicación: Para la difusión de la marca.
- Influencers y personalidades públicas: Que puedan fungir como embajadores de la marca.
Si bien pueden asistir algunos empleados, su rol deberá ser el de anfitriones y representantes de la empresa, no el de festejados.
La Naturaleza del Evento
El programa y las actividades del evento deben reflejar su carácter publicitario. Esto puede incluir:
- Lanzamiento de nuevos productos o servicios.
- Presentaciones sobre los logros y proyecciones de la empresa.
- Demostraciones de productos.
- Discursos de agradecimiento a la lealtad de los clientes.
- Entrega de material promocional (brochures, muestras, artículos con el logo de la empresa).
La decoración, las invitaciones y toda la comunicación en torno al evento deben estar alineadas con la imagen corporativa y el mensaje publicitario que se desea transmitir.
La Documentación es la Clave
Para blindar la deducción, es fundamental contar con un soporte documental robusto que vaya más allá de las facturas. Este expediente debe incluir:
- Planeación del evento: Documentos internos que justifiquen la organización del evento como una estrategia de marketing y publicidad.
- Lista de invitados: Detallando nombres, empresas y su relación con el contribuyente (cliente, proveedor, prensa, etc.).
- Material publicitario: Copias de las invitaciones, banners, programas del evento, comunicados de prensa y cualquier otro material que demuestre el fin promocional.
- Evidencia fotográfica y de video: Imágenes que muestren la presencia de clientes, la exposición de la marca y las actividades publicitarias realizadas.
Diferencia Crucial: Publicidad vs. Gastos de Representación
Es vital no confundir un gasto publicitario con un gasto de representación. Este último se refiere a atenciones más personalizadas y directas con clientes o proveedores específicos (como una comida de negocios) y, por regla general, no son deducibles de acuerdo con el artículo 28, fracción III de la LISR. La publicidad, en cambio, tiene un carácter más amplio y de difusión, buscando un impacto en un público más extenso.
Conclusión: Una Estrategia a la Medida
Determinar si su evento de fin de año califica como un gasto de previsión social o como publicidad requiere un análisis cuidadoso de los objetivos, la ejecución y la documentación del mismo.
Si su intención es celebrar con su equipo de trabajo, la vía de la previsión social es la correcta, asumiendo sus límites. Pero si su visión para el evento de fin de año es más ambiciosa, buscando posicionar su marca y fortalecer sus lazos comerciales, estructurarlo como un acto publicitario puede representar un beneficio fiscal significativo.
La recomendación es siempre planificar con antelación y de la mano de un asesor fiscal que pueda guiarle en la correcta clasificación y documentación de sus gastos, asegurando así un cierre de año festivo y fiscalmente saludable.
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